Esta semana podríamos empezar pronto el blog porque hay varias cosas para el sábado y el domingo y no nos convendría que se nos acumulasen. Os parece?
Seguramente dentro de un par de días os daré las pautas para quien quiera disfrutar de los actos festivos de este fin de semana, pero para el que no desee tanta algarabía y lo que más le apetezca sea tan sólo caminar un poco, ver cosas que quizás no conozca y relajarse, plantearé una pequeña ruta por Barcelona con un poco de imaginación.... ya sabeis...
Quizás os preguntareis cuando veais el título de hoy: Se ha terminado la RIBERA ya?
No, no hemos terminado aun con el barrio de la RIBERA, pero como éste es un itinerario largo, al igual que lo será el que hagamos por el barrio GOTICO (cuando nos toque) creo que lo mejor será hacer algunos incisos entre capítulos e ir conociendo otras cosas de Barcelona y alrededores.
Como habreis visto por el título, os voy a proponer para este fin de semana, ir por el barrio de HORTA (esperemos que no llueva, pero si hace mal tiempo, lo dejais para otro día y aquí no pasa nada).
HORTA está situada entre los barrios del GUINARDO, EL CARMEL y NOU BARRIS. Es una zona con un pasado agrícola, de masías, huertos y mansiones con explotaciones agrarias algunas y palacios nobles otras.
Dentro del compuesto rural, surgía uno de los barrios más antíguos: LA CLOTA, con callejuelas serpenteantes entre casas bajas y pequeños cultivos.
LA CLOTA, que aun pervive, estaba inmersa entre tres o cuatro torrenteras que servían abundante agua de las montañas hacia Barcelona convirtiendo la zona en la reserva más importante para la capital. Todo ello facilitó que se construyeran pozos y acequias y que proliferaran innumerables zonas de lavandería, cuyas mujeres trabajadoras se sacaban un pequeño sueldo lavando las coladas de las casas bien de la ciudad.
Precisamente es aquí donde desearia que nos detuviéramos.
En nuestro recorrido por el barrio de HORTA, veremos algunas masías que todavía restan: unas porque se han convertido en restaurantes y otras porque se han preservado sorprendentemente gracias a la tenacidad de unos jóvenes okupas, como en la de finca de CAN MASDEU.
Descubriremos también algunas mansiones que han llegado a nosotros reconvertidas: bien en biblioteca, bien en seminario, en jardín público o en universidad. Pero lo más sorprendente es que encontraremos una calle, única en su género ( puesto que las otras se han perdido ya) por la que aun se puede caminar, pues, no sé ni cómo, ha logrado subsistir hasta hoy con su sencillez y su discreción.
Se trata de la calle AIGUAFREDA. El único lugar donde aun se pueden ver vestigios del pasado de las lavanderas que en el siglo XIX y principios del XX, trabajaron para los ricos de la ciudad.
La calle AIGUAFREDA es un pequeña callejuela con un empedrado antíguo, con casitas bajas a un lado, y con los lavaderos al otro. Es un lugar sencillo y primoroso: Donde antes había grandes coladas de ropa, ahora hay tiestos de geranios, hiedra y verdor por donde mires. Donde antes se oia el rumor del agua del torrente, ahora hay un gran silencio, Donde se veía el ir y venir de las sacrificadas mujeres con las manos enrojecidas por el agua helada de la montaña, hoy vemos unos afables vecinos limpiando la puerta de su casa y recordando, si les preguntas, hechos que han vivido o que les han contado.
Todavía se conservan muchos de los lavaderos y también los pozos que los surtían, con sus poleas y cubos. Veremos aun un balcón o pasarela que une el terrado de una de las viviendas con el lavadero correspondiente, esto es, que podían pasar de un lado a otro sin tener que pisar la calle.
Como la ruta la empezaremos por aquí, os diré cómo encontrar el lugar de la manera más sencilla posible porque cuesta un poquito descubrirlo.
Habreis de coger el metro de la LINEA V (línea azul), dirección HORTA, y bajar en la última parada. Saldreis por la boca más cercana al paseo JOAN MARAGALL, ireis por el paseo y os encontrareis una primera bocacalle a la derecha llamada DANTE ALIGHERI, ésta no es, llegareis a la segunda bocacalle llamada GRANOLLERS, ésta sí, cogedla hasta el final, donde perpendicularmente hallareis la calle FRANQUESES, bajad por ella, y a la izquierda teneis la calle AIGUAFREDA.
Ya sabeis... lo de siempre...relajaros y disfrutad. Recorred plácidamente la calle de punta a punta y volved sobre vuestros pasos. Mirad los pozos y lavaderos, las pilas de restregar, los surtidores, los caños de agua, las flores, en fin todo lo que podais. Si teneis ganas, hablar con la gente, son muy amables. La revista DESCUBRIR les hizo un buen reportaje hace unos años, y ya saben lo que es tener visitantes.
Cuando termineis, volver sobre la calle FRANQUESES, de nuevo calle GRANOLLERS, hasta la primera calle que encontrareis a la izquierda: BAIXADA DE SANT MATEU , cruzais DANTE ALIGHERI, siempre bajando, llegareis a la calle TAJO, pasando cerca del mercado de Horta, si es sábado no estaría de más que le dierais un vistazo, los mercados populares tienen mucha animación ese día y es otro elemento para conocer el barrio actualmente.
Luego cruzais la calle TAJO, y en la primera vía que tengais enfrente os meteis hasta la PZA. IBIZA, otro punto neurágico del barrio, (luego os apunto un alto en el camino para desayunar aquí, si quereis). Pero me interesa que cojais la calle de HORTA porque en la primera esquina, subiendo a la derecha, hallareis una de las MASÍAS DE HORTA que os quiero ensenyar: CAN MARINÉ.
Es una masía de hace unos mil años, si nos fijamos en el dintel de la puerta. Sus jardines han desaparecido por la urbanización de la zona, pero la casa subsiste porque se ha convertido hace poco en BIBLIOTECA PÚBLICA. Sabeis lo que significa esto, verdad?. Pues sí, que podemos entrar libremente, curiosear por dentro, descansar un poco y leer alguna revista o lo que querais, ir al lavabo etc. etc.
Después de CAN MARINÉ, os querría encaminar hacia el núcleo antíguo que aun subsiste de LA CLOTA, y desde allí llegaremos a EL CODOLAR o GRANJA VELLA, antígua mansión con terrenos agrícolas y los restos del primer zoológico que existió en Barcelona. Ahora lo regentan los Salesianos, pero generalmente se pueden visitar las instalaciones.
Así que volver de nuevo a la calle TAJO, seguirla hacia arriba, dirección montaña, esta calle se convierte, pasado el mercado, en calle LISBOA, seguir por ella hasta encontrar la AVDA. DEL ESTATUT DE CATALUNYA, cruzar por el semáforo al otro lado y hacia la izquierda sube una calle llamada MARQUÉS DE CASTELLBELL, Aquí ya os encontrais en el centro neurálgico de LA CLOTA que con sus casas bajas de pueblo, os dará la sensación de haber salido de la ciudad. Os diré ahora una curiosidad: si os dejais llevar por las calles adyacentes hacia arriba (hacia el Valle Hebrón), hallareis un galimatías de caminos con pequeños huertos y viviendas sencillas de hace un montón de años.
Si no quereis deambular peró, después de seguir por la calle CASTELLBELL y encontrar una replaceta, seguir hacia arriba por la calle que continúa : CAMÍ DE SANT GENÍS A HORTA. Es un viejo camino sin aceras que transcurre por algunos talleres que se pusieron allí hace años. Seguir por él hasta que llegueis hasta una gran avenida: AVDA. CARDENAL VIDAL I BARRAQUER. Ir ahora hacia la izquierda, cruzar esta avenida y en la esquina vereis una pasarela que entra en una casa con jardines. Es el CODOLAR.
Esta finca fue donada hace años a los Salesianos, pero si n o tienen ejercicios espirituales, dejan visitar libremente los jardines durante todo el día. Así que entrar tranquilamente y como siempre caminar con tranquilidad y escudriñar todos los rincones, que nadie os dirá nada.
La finca del CODOLAR perteneció a la familia MARTÍ CODOLAR desde 1.852 hasta 1.949 en que fue donada a los Salesianos para su seminario. Así que a mitad del siglo XIX, esta propiedad era un palacio con una explotación agraria de grandes dimensiones. Se le suponen alrededor de 30 hectáreas en su época álgida, de las cuales se conservan sólo unas 3 hectáreas.
Para que os hagais una idea, os diré que la finca era como 30 campos de fútbol y ahora sólo queda una décima parte, pero de todos modos es un placer poder descubrirla y caminar por sus jardines.
Solamente entrar hallareis ya una curiosidad: En una parte del jardín vereis unas jaulas que pertenecieron en el siglo XIX, a la residencia de una serie de animales exóticos que el dueño, Martí Codolar, coleccionaba.
A finales del siglo XIX, donó o vendió esta colección al ayuntamiento de Barcelona, lo que dio origen al primer zoológico de la ciudad. Así que aquí teneis el origen de nuestro zoo.
Hacedme caso y caminar por estos jardines donde en cada rincón vereis algo que os llamará la atención: Recuerdos de visitas reales de 1.828 (Fernando VII) y de 1-888 (Alfonso XIII). Placetas como el CIGARRAL DE LA SANTA, en honor a Sta. Teresa. Una zona llamada EL PALMERAL, ya adivinareis porqué. Un gran estanque lleno de tortugas. El corte de un árbol milenario (protegido con un cristal), donde se pueden contar los círculos concéntricos de su edad... etc. etc.
Lo dejamos aquí. En el próximo capítulo sobre el barrio de HORTA os diré la existencia de algunas masías convertidas ahora en restaurantes (que no sé si se pueden ver libremente), también veremos la masía okupa de CAN MASDEU ( que sí se puede visitar), y por supuesto, nos adentraremos en los jardines residenciales DEL LABERINTO Y EL PALAU DE LES EURES, Una auténtica joya.
QUE DISFRUTEIS.
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DARSE UN RESPIRO...
Mi propuesta hoy es Bar QUIMET, en la calle RAJOLER, cerca de la Pza. IBIZA, y de la biblioteca de CAN MARINER
Es una antígua bodega con terraza a base de sillones de mimbre, muy acogedora. No es muy barata, pero los bocadillos son bastante buenos y los vermouts típicos de tasca. PASADLO BIEN.
PRÓXIMAMENTE... XATONADA Y TRES TOMBS A VILAFRANCA DEL PENEDES.
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